Familia Vlad -Bathory
Entrando a otra dimensión que a simple vista no se puede percibir, más allá de lo que los ojos humanos pueden ver, me encuentro con Vlazad Draculle de Drapea a quien todos apodaron, apodan y apodarán por el resto de la existencia de las razas “DRÁCULA”, quien me recibió en su enorme y hermoso castillo.
Me hizo esperar unos minutos en una sala que se sentía fría, sombría y sin vida, los sillones eran color rojo sangre, pero no cualquier sangre era muy penetrante y oscuro, hacía juego perfecto con la madera café intenso, que cubría toda su casa, una chimenea que aún humeaba, sobre ella un cuadro de una mujer, muy llamativa y junto a lo que parecía ser Vlad.
Cuando entro al cuarto lo lleno de una esencia especial, algo hacía que lo volteara a ver, su apariencia era de un joven aproximadamente de 30 años, con gran elegancia; su piel tan blanca como la nieve y sus ojos verdes penetrantes que cuando te miraban, parecía que se metía dentro de ti.
Me puse de pie al verlo entrar y con una sonrisa irónica y su dulce voz tan ronca como nunca en mi vida había escuchado me dijo:
– Tome asiento por favor
A lo que respondí:
– Gracias
Eso fue el comienzo de una gran aventura, estaba algo nerviosa, su presencia me imponía, hacía que hasta la última parte de mi cuerpo temblara, como si oliera lo que me pasaba suspiro y me pregunto:
– Gusta algo de tomar
– Un vaso de agua estaría bien (dije nerviosa)
Riendo de manera estruendosa, llamo a su mayordomo y pidió lo que solicite, él solo dijo: para mí lo mismo de siempre.
En lo que llegaba lo que pidió, empezamos a cruzar miradas ,él sabía de mi miedo y de lo que me ocurría y jamás trato de tranquilizarme, más bien lo disfrutaba, disfrutaba ver como en mí se movían sentimientos, disfrutaba mi cara de miedo cuando se escuchaba algún ruido.
Interrumpiendo el silencio dijo:
– Y bien, ¿empezamos?
– Claro cuando usted guste (conteste)
Inmediatamente, empecé a hacer algunas anotaciones en mi libreta y comenzamos la charla, mi primera pregunta la hice con voz temblorosa.
– Se puede describir a usted mismo, por favor
Soy Vlazad uno de los hombres más viejos del mundo, pero con mejor apariencia que cualquiera, cruel cuando se necesita, pero amoroso con lo que quiero, un vampiro nato, rey de la casa del dragón, poderoso…
Hizo una pausa y miro un cuadro…
Buen amante, sin importarme lo que la humanidad piense de mí, sobrevivo a diario contra la corriente.
Siguiendo la platica, en mi mente rondaba la pregunta del amor en su vida como si lo supiera y lo ignorara, seguía hablando sobre sí mismo, entre emoción y melancolía.
Yo no pedí ser inmortal, yo tampoco pedí que todo se pusiera en mi contra y tuviera que eliminar a tantos, ellos lo buscaron y lo seguirán buscando, los humanos son torpes y se creen inmortales, creen que lo pueden todo y ellos mismos cavan su propia tumba, una risa irónica y llena de rencor se apoderó de su rostro, sus ojos se tornaban más duros cada vez.
Me lleno de ira cada que la gente me llama el empalador, eso no era mi hobby era un castigo que esos bastardos debían recibir por fastidiar mi paz, por invocarme, juega con fuego y te quemaras …
Su respuesta fue interrumpida súbitamente, cuando una sobra tras nosotros paso, la sombra de una mujer, que lo hizo sonreír tiernamente, no dijo nada esperando a que yo lo preguntara, a la cuarta vez de ver la sombra, fue que me atreví a preguntar quien era ella.
Sus ojos se llenaron de pasión y amor, calmadamente contesto ella es mi princesa Elizabeth Bathory.
¿Elizabeth Bathory? Me pregunté a mí misma, como si me leyera la mente dijo:
– Si así es, ella es mi amada princesa, claro estará pensando ¿cómo si ella nació épocas atrás que usted?, y todo ese cuento que tienen ustedes, los humanos sobre las edades, recuerde que somos vampiros , nuestra esencia nunca muere, solo el cuerpo se transforma.
Ella es la mujer perfecta, para mí, su hermano salvo mi vida una vez en la guerra , contra los turcos, yo le estaba muy agradecido, pero cuando la conocí a ella, sabía que seria para mí y tuve que deshacerme de su hermano.
La plática se tornaba más animada y con más confianza cuando de golpe entro una mujer hermosa que, segundos más tarde, supe que era Elizabeth Bathory, gritando:
– VLAD NOS ATACAN , VLAD CORRE…
El rey de la casa del dragón se puso rápidamente de pie, hizo a un lado su largo abrigo negro y de ahí saco una espada, dorada con sus iniciales y una turquesa en la parte de arriba, me dio una última mirada y salió corriendo; Bathory se quedó observándome con recelo, se fue acercando a mí, debilitándome con su mirada …
Solo recuerdo que ya estaba recostada en el sillón con los ojos entre cerrados, perdiéndome poco a poco en mí, solo escuchaba ruidos a mi alrededor e imágenes que no reconocía …
Me fui perdiendo hasta que no supe más …
Abrí los ojos por el gran dolor que estaba sintiendo y me provocaba algo que no reconocía en todo el cuerpo…
Estaba en un lugar que no conocía, en una cama enorme, con una gran colcha blanca, muy elegante; parecía el cuarto de una princesa ¿? No, no estoy alucinando, me dije a mí misma, voltee a ver todo con gran extrañeza, cuando sentí que alguien me miraba y se me acercaba lentamente, al voltear lo vi …
A un hombre alto, blanco, de penetrantes ojos azules que me miraba y desarmaba …
Se acercó a mi cama y pregunto tocándome la mejilla:
– ¿Cómo te sientes?
– Bien, pero quien eres (pregunte)
– Soy Lord Drake Bathory , pero dejémoslo en Draki
Me incorporé rápidamente, el dolor de mi cuello era intenso, lleve la mano hacia él, mientras el hombre se acerco a un más deteniendo mi mano y dijo:
– Todo está bien, eres una de nosotros, yo te protegeré